Emigrar a Estados Unidos
es una idea que ha cruzado la mente de millones de personas. Yo fui uno de esos tantos seres que se planteó en algún momento dejar su país natal para irse a vivir a los Estados Unidos.
Si planeas emigrar a USA, tómate unos minutos para que leas mi experiencia personal. Quiero contarte, desde el principio, todo lo que hice para llegar a los Estados Unidos.
Emigrar a USA desde España, Venezuela, Colombia o cualquier otro país, pareciera una moda. Todos los días los noticieros reportan una gran cantidad de movilizaciones masivas de personas queriendo cruzar las fronteras de los Estados Unidos.
En el año 2017, yo trabajaba como gerente educativa de una empresa de capacitación tecnológica. Debido a la situación económica de mi país, la compañía tuvo que cerrar sus puertas y me quedé sin empleo. También, mi esposo pasó una situación similar, su contrato de trabajo no fue renovado.
Ante tal situación, mi marido y yo teníamos que pensar en una estrategia que nos sacara a flote económicamente. Entonces, nos convertimos en teletrabajadores, ya que como profesionales de la docencia y las finanzas, podíamos efectuar varias actividades a distancia.
La decisión de convertirnos en freelancer, nos ayudó por algunas semanas. Pero, únicamente podíamos cubrir algunas necesidades básicas. Llegó un momento en el que consideramos movernos de nuestra zona de confort y ver qué ocurría.
Casualmente, recibimos una llamada de Yeni, la hermana de mi esposo, quien vivía desde hace algunas décadas en USA. Mi cuñada y su marido, estaban residenciados en Tulsa, Oklahoma y eran propietarios de un restaurante muy reputado.
Además de la invitación a visitarlos, nos propusieron un empleo en su negocio. Mi marido apoyaría a su cuñado en todas las tareas administrativas del restaurante. Por otro lado, yo estaría en la cocina preparando algunas ensaladas y apoyando en otras labores.
Confieso que tomar una decisión de emigrar a USA con mi familia me daba un poco de temor e incertidumbre. Sin embargo, era la única y mejor oferta que teníamos en ese instante, para dar un giro de timón a nuestra vida.
Estados Unidos es una nación enorme, dividida en 50 estados y es uno de los beneficios de emigrar a USA. Escogimos a la ciudad de Tulsa en el estado de Oklahoma, porque los familiares que nos brindaban apoyo, vivían allí. Por ello, era la opción más segura para asentarse inicialmente.
Seguidamente, mi esposo y yo comenzamos a investigar sobre Oklahoma, porque no sabíamos nada de ese estado. Visitamos páginas oficiales, como la Oficina de Análisis Económico, debido a que brinda información real y actualizada.
Durante la investigación descubrimos que Oklahoma es uno de los Estados con el costo de vida más bajo. Lo cual representa una ventaja al momento de cubrir tus necesidades básicas y ahorrar un poco de dinero para proyectos futuros.
Otro aspecto que hacía atractiva nuestra mudanza a Tulsa, es que Yeni se residenciaba en unos departamentos cercanos a nuestro sitio de trabajo. Estábamos aproximadamente a 10 kilómetros, en apenas 14 minutos llegaríamos al restaurante y no se invertiría demasiado en desplazamientos.
Cuando acepté la invitación de ir a Oklahoma en 2017, habíamos tramitado, 2 años antes, los documentos necesarios para emigrar a USA. Ya contábamos con el pasaporte y la visa B-2. Así que, era el momento de cumplir con el esquema de vacunación exigido. El siguiente paso fue fijar la fecha de viaje y comprar los pasajes.
Además, de todos los trámites mencionados para viajar a los Estados Unidos, debía pensar en los bienes que dejaba en mi país. Poseía una comunidad conyugal con una casa, un automóvil, el mobiliario de mi vivienda y una parcela de cementerio. En ese momento, no teníamos planteado vender nada, porque llevaría mucho tiempo y queríamos viajar rápido.
Lo más sensato que se nos ocurrió, fue dejar nuestros bienes a cargo de mi madre. Ella era la persona en la que más confiaba. Se encargaría de pagar los servicios, impuestos y velar por las condiciones de las posesiones que dejábamos en el país. Confieso que no es fácil, dejar atrás todo lo que has obtenido con el fruto del trabajo, para comenzar una vida nueva.
Planear una mudanza para emigrar a USA, no debe verse como una excursión. Es necesario establecer lo que se va a llevar. El peso de cortesía que permiten las líneas aéreas en una maleta estándar no debe sobrepasar los 23 kilogramos; si esto ocurre, hay que pagar una tarifa extra y nuestras finanzas eran limitadas.
Construimos una lista de ropa, zapatos y documentos que cupieran en la maleta. Hay que mentalizarse que no es un viaje de fin de semana. Planeábamos quedarnos algunos meses y, dependiendo de cómo estuvieran las cosas, gestionaríamos una extensión de estadía o un cambio de estatus del visado.
Entonces, incluimos en las maletas ropa que encajara con la estación de verano, ya que partimos en el mes de julio. Incluso, nos abstuvimos de llevar comestibles y artículos contundentes o puntiagudos, como tijeras o cortaúñas. Estábamos preocupados de que se presentaran inconvenientes al revisar el equipaje que negaran nuestro ingreso.
También, antes del viaje practicamos las respuestas que debíamos dar a las preguntas efectuadas por los agentes del servicio migratorio. Se debe tener claro el motivo del viaje, a dónde te diriges, con quién te alojarás, si tienes dinero para costear tu estadía, entre otros.
Llegó el día de viajar a Oklahoma. Después de muchas escalas e interminables horas de vuelo, pisamos el suelo estadounidense. En mi interior había muchos sentimientos encontrados.
Interiormente me preguntaba, ¿vale la pena emigrar a USA? En mi caso la respuesta fue “sí”, mi estadía fue gratificante. También, nos reencontramos con la familia, conocimos muchos sitios, aprendimos sobre la cultura americana, trabajamos y ahorramos dinero. Una experiencia positiva, porque se planificó con sensatez.
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