Cuando decidí migrar, me di cuenta de que tener una licencia de conducir en Estados Unidos era esencial para moverme con facilidad. Ya lo sabía, así que lo primero que hice fue considerar si me convenía transferir la licencia que tenía o sacar otra nueva, ya que cada opción tiene su propio proceso. ¡Sigue leyendo y los conocerás!
Antes de ir al examen, me aseguré de tener los documentos que el estado exige. El día de los exámenes pagué una tarifa, así que recuerda llevar el dinero necesario según lo que cueste en tu estado.
Después de terminar el examen escrito, esperé un rato para saber si había pasado. Si no apruebas el teórico, no puedes hacer el práctico. Pero si lo pasas, te programan una cita para el práctico, y el visual se puede hacer en cualquiera de los dos días. Ten en cuenta lo siguiente:
Con tanta información disponible, a veces parecía un laberinto encontrar lo que realmente necesitaba. Por eso, quiero compartir mi experiencia para que tu proceso sea práctico y sencillo.
Más allá de ser un permiso para manejar, la licencia de conducir en Estados Unidos es una identificación oficial. Tanto así, que con ella se pueden hacer muchos trámites, como la apertura de cuentas bancarias o conseguir empleo. Es una de las principales formas de identificación en este país.
Este documento es otorgado por los estados, no por el gobierno federal, pero es válido en todo el país. En cuanto al proceso para obtener la licencia, inicia con saber conducir de manera segura y tener desde 16 y 18 años de edad, según las leyes estatales.
En mi caso, para obtener la licencia, presenté documentos que confirmaban mi identidad y residencia (en algunos lugares, se tiene que demostrar el estatus legal). Luego, programé con anticipación el examen teórico, el de la vista y el práctico, algo que puedes hacer por Internet o en persona.
Cada estado emite diferentes tipos de licencias, dependiendo de si vas a manejar tu auto personal, un camión, autobús, remolque, moto o taxi. La mayoría obtenemos la licencia estándar (Clase D – Operador) que dura al menos cuatro años, aunque esto varía según el estado. Si me mudo de estado, tengo que cambiar mi licencia antigua por una del nuevo estado. Lo mejor es visitar el DMV para informarte mejor.
En todo el país, si tienes menos de 18 años y quieres manejar, necesitas obtener un permiso de aprendizaje primero. Con este, podrás conducir siempre y cuando un adulto te acompañe, y este tenga licencia y sea mayor de 21 años. Incluso si nunca has manejado, algunos estados requieren que saques el permiso sin importar tu edad.
Aplicar para el permiso de aprendizaje requiere realizar un examen de la vista y otro teórico, ambos virtuales. Además, hay que mantener el permiso de aprendizaje por unos seis a nueve meses antes de poder solicitar la licencia de conducir.
Por otra parte, muchos estados exigen tomar clases de educación vial y practicar. Cada estado ofrece un manual del conductor y ejercicios de práctica para el examen teórico. Algunos incluso facilitan el examen en otro idioma y proporcionan manuales traducidos.
Para el momento en que realicé mi proceso, los inmigrantes indocumentados podían aplicar para permisos de aprendizaje y licencias de conducir en 16 estados y en Washington D.C. De ser atrapado manejando sin una licencia válida, podían multarme, mandarme un tiempo a prisión e incluso ser puesta en proceso de deportación.
También me enteré de que, si tienes una licencia válida de otro país, puedes usarla para manejar en Estados Unidos durante un tiempo determinado. Aunque en algunos estados piden también un permiso de conducir internacional (IDP) que debe ser emitido en el mismo país que expidió la licencia.
Las leyes de tránsito en Estados Unidos son muy completas, buscan proteger integralmente a todos en la vía. Es deber del conductor conocerlas y cumplirlas considerando que pueden variar en cada estado. En general, sea cual sea el estado, estas leyes exigen lo siguiente:
Por último, y no está de más recordarlo, nunca dejes a tus hijos o a tus mascotas solos en el carro. La mayoría de los estados prohíben dejarlos sin supervisión debido a los riesgos para su seguridad.
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